El entrenamiento deportivo es el conjunto de ejercicios físicos que se llevan a cabo durante una sesión y permite mejorar el rendimiento de las partes del cuerpo implicadas en él. Lo ideal para que esto resulte efectivo es adquirir una rutina y practicarla con cierto rigor, de manera regular y con un poco de estrategia. Hoy te mostraremos los importantes beneficios de este hábito tan saludable, los principales tipos de entrenamientos deportivos que existen y en qué consiste cada uno de ellos, ¿te animas a ponerte en forma con nosotros?
Qué son los entrenamientos deportivos y para qué sirven

Empezaremos por mostrarte qué son realmente estas rutinas y para qué te servirán, pues esto es lo que te motivará a la hora de incluirlas en tus hábitos diarios sin sufrir demasiado en el intento.
Todos los entrenamientos deportivos tienen la finalidad de mejorar las capacidades físicas y, a su vez, ofrecen beneficios psicológicos. Para alcanzar estos objetivos se realizan determinados ejercicios de manera repetitiva adquiriendo una disciplina y esta será la clave para poder notar tu propia evolución.
Gracias a la constancia y también con un poco de esfuerzo se va mejorando la técnica, el cuerpo responde positivamente a los estímulos y se obtiene la buena forma física que deseamos. En el caso de los deportistas profesionales (o aficionados) resulta indispensable para adquirir nuevas habilidades y alcanzar niveles de rendimiento más altos.
Mantener una vida activa y huir del sedentarismo es muy positivo para la salud tanto física como mental, mejora las habilidades del cuerpo y combate problemas tan comunes como la ansiedad o la depresión, ¡son todo ventajas!
Los beneficios de los entrenamientos deportivos

Lo cierto es que tener una dieta equilibrada, descansar correctamente y practicar ejercicio es la combinación ganadora para mejorar la calidad de vida. Por tanto, los entrenamientos deportivos aportan muchos beneficios que merece la pena mencionar:
- Ayudan a mantenerse en el peso adecuado.
- Mejoran la resistencia física.
- Previenen determinadas lesiones y ayudan a adoptar una buena postura corporal.
- Dotan de una autoestima más elevada.
- Consiguen que se descanse mejor y se liberen tensiones.
- Dan como resultado una forma física óptima.
Los tipos de entrenamientos deportivos

Existen diferentes tipos de entrenamientos deportivos entre los que se puede escoger según los gustos de cada persona, los objetivos individuales o las necesidades físicas. Estos son los principales:
El entrenamiento deportivo funcional
Este tipo de entrenamiento se centra en hacer movimientos o ejercicios repetitivos. Se caracteriza por una personalización de las rutinas, que se adaptan a las necesidades concretas de cada individuo para obtener resultados muy específicos.
Suelen ser entrenamientos muy completos que trabajan la agilidad, la fuerza o la velocidad en una misma sesión. Algunos de los sistemas funcionales más conocidos son la calistenia, el crossfit o el boot camp.
El entrenamiento deportivo de resistencia
La resistencia es una de las cualidades físicas más importantes y este tipo de entrenamiento deportivo se centra en potenciarla. De hecho, se pueden diferenciar dos tipos de resistencia: la aeróbica, que es la cualidad de aguantar las exigencias físicas con la finalidad de adquirir oxígeno, y la anaeróbica, que surge cuando no hay oxígeno suficiente en los músculos.
Estos entrenamientos ayudan a mejorar las condiciones cardiovasculares, dotan de una mayor energía y fomentan la capacidad del cuerpo para mantener un esfuerzo en un lapso de tiempo más prolongado.
El entrenamiento deportivo HIIT
El entrenamiento HIIT es el que se realiza mediante intervalos de alta intensidad. Esto significa que se ejecuta el ejercicio de una forma muy intensa durante lapsos de tiempo cortos, entre 30 segundos y 5 minutos. Además, se combina con otras sesiones breves de ejercicios de intensidad moderada.
Es considerado un entrenamiento muy eficaz para perder peso o para mejorar con rapidez las habilidades físicas y de resistencia de los deportistas. Se requiere, eso sí, de cierta fuerza mental para empezar con esta técnica tan exigente.
El entrenamiento deportivo de fuerza
Este tipo de entrenamiento se sirve de la resistencia para ejercitar la fuerza del cuerpo. Es un tipo de rutina que se lleva a cabo con máquinas de peso, con tubos e incluso usando el peso del propio cuerpo.
Es un tipo de ejercicio que se puede practicar con diferentes recursos y que resulta muy positivo para la salud cardíaca, para mejorar la fuerza de los músculos e incluso para hacer que el cuerpo sea más resistente.
El entrenamiento deportivo CORE
El entrenamiento CORE se focaliza en la parte central del cuerpo, por tanto, es muy beneficioso para fortalecer la zona abdominal así como para mejorar la condición de la espalda.
Para practicar esta técnica se realizan ejercicios muy comunes como las planchas, el puente o el gato. Un buen método para ejecutar esta técnica es el pilates, ya que abarca varios de estos ejercicios y consigue estabilizar la columna vertebral.
Consejos para realizar entrenamientos eficientes

Lo más importante a la hora de poner en marcha cualquier tipo de entrenamiento deportivo de manera eficiente y alcanzar los objetivos marcados es la constancia. Hacerlo de manera regular es lo que va a permitir mejorar la técnica y encontrar una buena evolución en los músculos a base de repetición.
Si nunca has practicado un deporte o mantienes una vida sedentaria lo ideal es empezar poco a poco e ir paulatinamente subiendo la intensidad, pues esto es lo que va a evitar posibles lesiones, problemas físicos o caer en la desmotivación.
Siempre se aconseja empezar todo tipo de entrenamientos deportivos con un calentamiento destinado a activar los músculos y prepararlos para el ejercicio. También es fundamental terminar con estiramientos bien ejecutados que relajen el cuerpo y puedan prevenir las contracturas o molestias.
Todo ello se debe combinar con una hidratación constante, con una alimentación equilibrada que dote de energía al cuerpo para enfrentarse al ejercicio físico y con hábitos de vida saludables en el día a día.
Cabe recordar que ningún entrenamiento es milagroso y que todos ellos requieren de tiempo, esfuerzo y regularidad para dar sus frutos. Si alargas estas prácticas en el tiempo y consigues implicarlas en los hábitos diarios pronto notarás cómo “necesitas” tu entrenamiento para sentirte a gusto y cómo tu cuerpo responde mucho mejor en las situaciones cotidianas.