A pesar de que en muchas ocasiones no somos conscientes, los estudios científicos han demostrado que todas las situaciones y vivencias quedan guardadas en nuestra memoria. Es verdad que en muchas ocasiones no somos capaces de recuperar esa información, pero todo queda guardado.
El proceso de almacenamiento a través de la memoria es vital para conseguir poder desarrollarnos como personas y aprender. Eso sí, tenemos que decir que hay diferentes tipos de memorias y en este artículo nos vamos a centrar en la memoria auditiva, la cual es la memoria ligada a los sonidos.
¿Qué es la memoria auditiva?
La memoria auditiva, también es conocida bajo otros términos como memoria fonológica a corto plazo o memoria ecoica.
Sin lugar a dudas, la memoria auditiva es fundamental para conseguir desarrollar y mejorar el aprendizaje personal. Es verdad que es clave para el aprendizaje de los niños y niñas, pero también es importante para los adultos.
Es importante dejar claro que el procesamiento y almacenaje de los sonidos nos permite registrarlos, codificarlos y posteriormente reconocerlos cuando volvemos a tener contacto con los mismos.
Gracias a ese reconocimiento de los sonidos, el ser humano tiene la capacidad de relacionarse de forma efectiva y además adaptarse correctamente al entorno. Gracias a esa adaptación y aprendizaje ha ido evolucionando hasta el punto de llegar a ser lo que hoy en día somos.
Lo que está claro es que todos los estímulos sonoros a los que nos enfrentamos día a día son parte de nuestra memoria auditiva. Y cuando un estímulo nos resulta desconocido, se registra y se codifica para guardarlo en la memoria. Así nos resulta fácil identificarlo en futuras ocasiones.
¿Cómo trabajar la memoria auditiva?
Para que todo el sistema de la memoria auditiva funcione correctamente es fundamental que la capacidad auditiva funcione bien. Cuando empieza a fallar, nos damos cuenta de que no somos capaces de captar los sonidos y en consecuencia no somos capaces de descifrar el sonido que está sucediendo a nuestro alrededor. Si te encuentras en esa situación, lo mejor será que te pongas en manos de un profesional. El audiólogo te hará un test de audición y te dirá cuál es la pérdida auditiva que sufres. Gracias a esa información te será más fácil solucionar el problema.
En el artículo de https://www.audioguia.info/hipoacusia/tipos-de-sordera/ podemos conocer los diferentes tipos de sorderas que existen en la actualidad. Dependiendo del tipo de sordera que tengamos, tendremos que actuar de una manera u otra. Lo importante es recuperar la audición para poder disfrutar y sacar provecho de la memoria auditiva.
Pero incluso cuando la audición es la adecuada, la pérdida de memoria auditiva puede ser una realidad, sobre todo cuando la persona comienza a tener muchos años y no la entrena correctamente.
Para evitar la pérdida de memoria auditiva, lo mejor que se puede hacer es optar por trabajar con ejercicios relacionados con el lenguaje. Según los expertos, es importante que la persona escuche correctamente y las sesiones no sean demasiado largas. Por ejemplo, con 3 sesiones de media hora a la semana suele ser más que suficiente. El objetivo es que los ejercicios estimulen y no sean considerados como algo negativo.
Para poder obtener buenos resultados siempre tenemos que hacer ejercicios que apuesten de manera directa por el almacenaje y sobre todo la retención. A través de muchos estudios se ha demostrado que cuando usamos el circuito neuronal, lo entrenamos y en consecuencia lo hacemos más fuerte. Por ese motivo el entrenamiento es tan importante para evitar la pérdida de memoria.
Ejemplos de actividades de memoria auditiva
Actualmente se pueden hacer diferentes actividades de memoria auditiva. Nosotros te vamos a mostrar algunos ejemplos, pero hay muchos otros. Eso sí, recuerda, si la persona tiene problemas de audición, en primer lugar deberá usar audífonos para que las estimulaciones sonoras que va a recibir sean las adecuadas.
- Repetición de palabras: el ejercicio consiste en repetir las palabras siguiendo el mismo orden de la emisión. Dependiendo de la evolución de la persona, el nivel de complejidad podrá ser mayor o menor.
- Repetición de sonidos: esa repetición de sonidos aislados se debe realizar en formato secuenciado para conseguir mejores resultados.
- Secuencias de frases: en este caso se dan una serie de instrucciones a la persona para que las haga. Las tiene que realizar según el orden indicado para que la memoria se pueda ejercitar.
- Jugar al Simon: estamos ante un juego de luces y sonidos muy interesante. Como en otras actividades, los estímulos deben ser repetidos por el paciente para certificar que los mismos están siendo trabajados.
- Sonidos encadenados: en este caso el objetivo del juego o de la actividad es conseguir que la persona reproduzca el sonido de la imagen que está viendo.
Otras actividades muy útiles son hacer trabajos con música y ritmos o incluso memorizar poemas y rimas.
Diferencia memoria auditiva y oído absoluto
Es importante dejar claro que la memoria auditiva no es lo mismo que el oído absoluto.
Mientras que la memoria auditiva ya hemos explicado que es la capacidad de guardar los sonidos en la memoria para recordarlos en el futuro, el oído absoluto es la habilidad de identificar una nota o sonido sin la necesidad de tener una referencia. Puede parecer complicado, pero esa habilidad es innata y solo tenemos que desarrollarla para disfrutar de un buen resultado.
Cuando hablamos de oído absoluto, en muchas ocasiones tendemos a pensar que es únicamente para los músicos, pero no es así. Todo el mundo tiene su oído absoluto y se le puede sacar mucho partido si se usa correctamente. No hay que olvidar que el oído absoluto solo se puede disfrutar cuando el nivel de audición es el adecuado. Por ese motivo, si sientes pérdida auditiva, puede ser una buena opción optar por usar un audífono.